Las redes de solidaridad primaria, que incluyen a familiares, amigos y vecinos, desempeñan un papel vital en la vida de los individuos, ofreciendo apoyo y cooperación basados en vínculos afectivos. Sin embargo, la práctica del chemsex puede debilitar y deteriorar estas redes.
Puntos clave:
- Reducción del apoyo: Las personas que practican chemsex pueden experimentar un deterioro en sus redes de apoyo, haciendo que sea más difícil recurrir a ellas cuando se necesite.
- Factores que contribuyen al deterioro:
- Deterioro de la vida social: La inversión de tiempo en chemsex puede reducir la interacción con amigos y familiares, debilitando los vínculos afectivos.
- Estigma asociado al consumo de drogas: El miedo al rechazo puede hacer que las personas no busquen ayuda en su entorno cercano.
- Homofobia y transfobia: Ser parte de una minoría puede haber afectado previamente la relación con el entorno, complicando aún más la búsqueda de apoyo.
- Desafíos de la inmigración: Las personas migrantes pueden enfrentar barreras adicionales, como la falta de redes sólidas en su nuevo entorno.
- Trabajo sexual: Esta actividad, a menudo estigmatizada, puede complicar las relaciones de apoyo, especialmente si se añade el consumo de drogas.
- Consecuencias adicionales:
- Deterioro físico: La práctica intensiva del chemsex puede llevar a un descuido de la alimentación y el sueño.
- Problemas laborales y académicos: El absentismo, la disminución del rendimiento y las dificultades en las relaciones interpersonales pueden surgir.
- Problemas financieros: El gasto en drogas, combinado con la pérdida de ingresos, puede llevar a problemas financieros graves.
- Desafíos legales: La posesión y el consumo de drogas pueden llevar a problemas legales, desde sanciones administrativas hasta cargos criminales.
- Violaciones de privacidad: Pueden surgir problemas relacionados con la difusión no consentida de imágenes o videos íntimos.